SÍNTESIS DEL PROGRAMA DEL CURSO 2007 - 2008


Programa completo del curso
Seminarios de años anteriores

    Comenzamos el curso retomando el caso de Hamlet desde dos lógicas, la lógica de conceptos o proposiciones, y lógica de relaciones proposicionales, de las tres lógicas clásicas, más su modificación, en las que se moverá Lacan en el Seminario de la Identificación. Tradujimos en términos de la fórmula de la metáfora, la lógica relacional de proposiciones partiendo del Ser y del tener o haber como 1 y -1, respectivamente, y posteriormente partiendo del -1 y 1. Así pudimos comprobar la diferencia que se da respecto a la posibilidad de identificación del sujeto en uno u otro caso.

    Este +1 y -1 vistos también desde las series convergentes y divergentes y con el ejemplo del "yo pienso" cartesiano, nos aportó también las dos formas distintas de las que se pueden partir que, sin embargo, nos conducirán a formas de repetición e identificaciones, borramientos diferentes.

    Estos borramientos no son sino formas de negación del sujeto, y es por ahí que hicimos el recorrido exhaustivo de las formas gramaticales de la negación que proponen Damourette y Pichon: forclusiva, discordancial y expletiva y sus correspondientes interpretaciones subjetivas. La forclusiva: "se aplica a los hechos que el locutor no considera como formando parte de la realidad. Estos hechos están de alguna manera forcluidos, y así damos a este segundo fragmento de la negación el nombre de forclusivo. La discordancial: El discordancial se emplea también en las proposiciones completivas gobernadas por verbos que expresan temor, precaución e impedimento. En el temor hay discordancia entre el deseo del sujeto de la principal y la posibilidad a la que apunta. En la precaución, hay discordancia entre los esfuerzos que hace el sujeto y el peligro que subsiste a pesar de ellos. Finalmente en el impedimento: hay discordancia entre el fenómeno que debería producirse y la fuerza que lo impide. Frente a estas dos Lacan subrayará la negación expletiva diciendo: no es tanto expresar la ambigüedad de nuestros sentimientos como, por esta sobrecarga, mostrar cómo [hasta qué punto], en un cierto tipo de relación, es capaz de resurgir, de emerger, de reproducirse, de marcarse en una hiancia, esta distinción del sujeto del acto de enunciación como tal, en relación con el sujeto del enunciado, incluso si no está presente en el nivel del enunciado de un modo que lo designe.

    Es desde ahí, desde la crítica que hacen Damourette y Pichon a la lógica clásica y su forma de abordar la negación, como por la forma expletiva en donde se subraya la confluencia del sujeto del enunciado y de la enunciación, así como la posibilidad de esta negación incluso sin estar ubicada en una partícula negativa que Lacan nos introduce en otra sintaxis, la sintaxis de la lógica y las formas de aparición de los borramientos y confluencias del sujeto del enunciado y el de la enunciación.

    Lacan comienza con Aristóteles quien no concibe el concepto por sí sólo, es decir, sin relación con otro, S es P, sin embargo, su forma de establecer sus categorías lógicas no dejarán de crear problemas respecto a su concepción relacional misma y por tanto las formas de velamiento, negación del Sujeto.

    Entre Aristóteles y Kant, quien cuestiona el existencial como concepto, nos encontramos a San Anselmo, quien, queriendo argumentar la existencia de Dios como poseedor de Todos los atributos, dejará vinculados los Universales-Particulares a la existencia misma. También nos encontraremos con la lectura que hacen de las categorías aristotélicas hechas por Apuleyo y Peirce sobre todo en términos del abordaje de la negación. La propuesta lacaniana frente a estas lecturas de la negatividad serán la matriz resultante de poner en juego la privación, frustración, castración.

    Por otro lado, pero que no dejará de estar vinculado a lo anterior, Lacan introduce la problemática resultante de la diferencia de considerar el modelo de la lectura de las categorías aristotélicas ofrecida por Peirce, desde sus diferentes formas de consideración de la sintaxis lógicas: proposicional, calculo de proposiciones, cálculo de predicados y la de Lacan que va a ir introduciendo una modificación en ella.

    Por en medio nos volvía a recordar el aporte fregeano de la función proposicional frente al S es P, y su realización en un dominio o extensión. Esto nos llevaba a la lógica semántica y a la conflictividad que crea la existencia, que, por una parte, va a estar vinculada a las diferentes sintaxis, creando diferentes realizaciones en un mismo modelo como es el de Peirce.

    Esa dificultad misma y una nueva sintaxis lleva a Lacan a proponer una diferencia entre las categoría Universal-Particular, como perteneciendo al ejercicio de la lexis, y la Afirmación-Negación, como perteneciendo a la phasis.

    Son las 3 sintaxis, aristotélica, de Apuleyo y de Peirce, las que, una vez traducidos a cuantificadores, desmontan la existencia como concepto y permiten a Lacan dar cuenta que la afirmación y la negación no necesariamente necesitan enunciados de esa índole.

    Por otro lado, el análisis de las relaciones entre categorías nos permitieron ver que la lógica aristotélica al plantear la contradicción entre las Universales afirmativa y negativa, introducía los principios de la lógica proposicional, p o ¬ p, estructura algebraica de grupo, lo que confirmaría el hecho anteriormente visto de velar al sujeto bajo el predicado. Apuleyo, al considerar la relación entre Universales entre ellos, y Particulares entre ellas, como contrarias, y entre Universal-Particular como subalternas, permite una lectura desde el cálculo proposicional y la estructura algebraica de grupo fundamental. Lacan retomará la lógica de relaciones desde Peirce y su modificación, que la hace corresponder con esta estructura de grupo fundamental más las propiedades que lo convierten en un anillo algebraico definiendo así al sujeto. Es ahí que nos quedamos en la búsqueda de qué tipo de anillo algebraico se trata en la modificación que introduce Lacan.

    En todo caso, y será de nuevo su punto de partida en la lectura del círculo de Peirce, Lacan va a partir de un -1, en el cuadrante del Universal negativo que, aún siendo aquel que puede confirmar las diferentes sintaxis y las diferentes categorías vistas con Aristóteles, Apuleyo y Peirce, es el que queda más velado en ellas. Ese -1, apuntando a lo excluido en cualquier clasificación, y más concretamente a la cosa, no como cosa en sí kantiana, sino como la cosa que queda como resto de hacer una clasificación excluyente. La cuestión del objeto comienza a aparecer.

    Yendo a Freud, a la espacialización, ordenación de los sistemas del aparato psíquico y de la identificación al objeto perdido, Lacan también introducirá una modificación, guiado tanto por los juicios de atribución y de existencia, los sistemas Inc-Prec-Cc, los dos principios que los rigen, PP-PR y los procesos primarios y secundarios que se dan en ellos. De los entrecruzamientos que se dan entre estos principios y procesos, Lacan reformulará el orden de estos sistemas: Prec-Inc-Cc. Nosotros hicimos también nuestra propia interpretación en términos de lexis y de phasis. Si la lexis está del lado de la atribución, lectura, y la phasis del lado de la escritura, de si sí o si no; en el inconsciente se entrecruzarían ambas, lo que nos daría una continuidad, diacronía de tipo moebiano, pero que, en su pulsación sincrónica, nos devolvería a esa división primera, como al despertar de un sueño.

    Si para abordar la paradoja de Russell respecto a las clases que no se pertenecen a sí mismas y las que sí, Lacan apelará en este Seminario a la teoría axiomática, concretamente a la teoría axiomática de conjuntos con sus posibilidades de creaciones de teorías duales T' que no sólo resuelven, sino que amplían la teoría de partida T; así como las teorías conjuntistas de modelos para abordar la existencia; para ampliar la idea de la intuición kantiana, Lacan se apoyará en las nuevas geometrías surgidas del cuestionamiento del espacio euclidiano y de un tiempo que también fue cuestionado por Einstein.

    Con estos puntos de anclaje respecto a la lógica, gramática, y conceptos kantianos como el de la cosa en sí, el espacio y el tiempo, Lacan nos introduce en la topología de superficies. Fue el toro y sus diferentes recorridos o cortes, donde mejor se ubicaba tanto la idea expresada en el círculo de Peirce del -1, +1 y el agujero central, pudiéndolo relacionar con el -1 (sin) de la privación; los dos toros enlazados nos sirvieron para dar cuenta de la frustración como - (-1) (no sin) y su posibilidad de trivialización en un solo toro; y el +1 (con) y el - (+1) (no con) que, pudiéndose articular en diferentes cortes sobre el toro o en el cross-cap, daban cuenta de la castración

    Es aquí también que nos quedamos, no sin abordar un caso clínico en el que podíamos ver la diferente forma de planteamiento y abordaje que supone partir de la lógica y la topología correspondiente al concepto, aquella que parte de las relaciones proposicionales o aquella que, partiendo de la estructura de anillo, no permite una trivialización de la diferencia.

    La construcción de un cuadro en el que están contemplados los diferentes campos con sus diferentes categorías psicoanalíticas, lógicas, del modelo, negaciones, topológicas, temporales e identificatorias nos permitió ir comparando, enriqueciendo unas a otras y viendo la relación existente entre ellas en este Seminario sobre la Identificación.


María José Muñoz